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1. Genciana amarilla
La genciana amarilla (Gentiana lutea) es una planta espectacular, propia de las grandes cordilleras europeas. Se puede encontrar en los Pirineos, los montes cantábricos y el macizo catalán del Montseny.
Puede medir un metro o más de alto, tiene las hojas ovatoelípticas, con los nervios muy marcados, y flores de color amarillo dorado, agrupadas en cimas axilares.
Florece desde el mes de julio y se utiliza con fines medicinales su enorme raíz.
Al tratarse de una planta escasa y protegida, es importante no arrancarla de su medio natural y confiar en las provisiones de un herbolario de confianza.
Propiedades de la genciana amarilla
- Digestiva
- Aperitiva
- Inmunoestimulante
- Antialérgica
- Antiinflamatoria
- Hemostática
- Cicatrizante.
Para qué tomar genciana
La raíz amarga de la genciana resulta apropiada para estimular la secreción de jugos gástricos y promover la motilidad gastrointestinal, con la ventaja de que no irrita.
Los herbolarios la recomiendan, asociada a otras plantas que atenúen un poco su sabor amargo, para despertar el apetito en personas desganadas o convalecientes, y como bálsamo en caso de acidez de estómago, gases, indigestión y alergia o intoxicación alimentaria.
Se le atribuye la capacidad de fortalecer las defensas del organismo y resulta útil previniendo infecciones respiratorias como la gripe.
Mezclada con plantas adecuadas como la travalera o el eucalipto se incluye asimismo en fórmulas antidiabéticas.
Cómo se toma la genciana
En decocción, 30 g de raíz troceada por litro de agua, combinada con regaliz, melisa o menta. Se pueden tomar hasta tres vasos al día de esta mezcla, antes o después de las comidas.
También se prepara en maceración, en extracto líquido, en tintura, en polvos y en cápsulas.
Precauciones y contraindicaciones de la genciana
En dosis altas puede llegar a ser vomitiva.
Por su sabor muy amargo, se desaconseja a madres lactantes y a embarazadas, para evitar transmitir el amargor a la leche materna.