Las plantas aromáticas como la menta, el cilantro, la albahaca, el tomillo o el perejil, no solo aportan saludable naturaleza a tu casa y sabor a tus platos, también son fáciles de cultivar y puedes hacerlo en tierra... o también solo utilizando agua.

De hecho, cultivarlas en agua (lo que se conoce como hidroponía) es una fantástica forma de poder disfrutar de hierbas frescas todo el año, al tiempo que evitas usar envases plásticos perjudiciales para el medioambiente.

¿Qué es la hidroponía o cultivo en agua?

Cuando te propones cultivar algún tipo de planta es inevitable pensar en la tierra, el medio donde suelen crecer. Sin embargo, hay un tipo de cultivo en el que no se usa la tierra, sino solo el agua: la hidroponía.

La palabra hidroponía procede de los términos griegos hýdōr, ‘agua’, y ponos, ‘labor’o ‘trabajo’. Es un método de cultivo de plantas en soluciones acuosas, por lo general, agua con algún tipo de soporte de arena, grava, etc. Suelen añadirse también nutrientes para proporcionar a la planta lo que necesita para crecer.

El cultivo hidropónico puede usarse en muchos tipos de plantas, tanto para el consumo como ornamentales, cada una con sus cuidados específicos. Incluso puede ayudar a que crezcan más rápido que cuando las plantamos en tierra. Estos son cultivos a los que puede aplicarse:

  • Verduras y hortalizas como la lechuga, las espinacas.
  • Frutas como las fresas o los tomates.
  • Plantas aromáticas: albahaca, orégano, salvia, menta…
  • Flores como las orquídeas, los girasoles, las dalias…

Sin embargo, no funciona con todas las plantas y conviene informarse bien antes de lanzarse a aplicarlo a una planta en concreto. En el caso de las aromáticas, no solo puede hacerse, sino que además es un proceso muy sencillo y efectivo.

Cómo cultivar plantas aromáticas en agua paso a paso

Para cultivar tus plantas aromáticas en agua debes tener en cuenta algunos factores importantes:

  • Corta esquejes de una planta aromática de al menos 15 cm, preferiblemente por la mañana. Debe hacerse por debajo de un conjunto de yemas porque es precisamente de ahí de donde surgirán las nuevas raíces.
  • Elimina las hojas de la parte inferior para que cuando lo pongas en el recipiente no queden sumergidas y no pudran el agua.
  • Llena frascos con agua filtrada, de manantial o de lluvia, pero no destilada. Si empleas agua de grifo, déjala reposar 24 horas para que el cloro se evapore.
  • Coloca cuatro o cinco tallos en cada frasco. Asegúrate de que no quedan hojas bajo el agua y pon los botes en una ventana bien soleada.
  • Debes cambiar el agua una o dos veces por semana para reducir el crecimiento de bacterias o algas y mantenerla limpia.

Algunas hierbas se pueden mantener frescas en agua durante semanas, mientras que otras, como la menta, la melisa y la hierba limón duran muchos meses, aunque hayan llenado el frasco con sus raíces.

A la hora de cosechar las plantas aromáticas, puedes quitar un tallo entero o una ramita del frasco y agregarlo a lo que estés cocinando (tomillo fresco en sopas, guisos, etc.) o bien arrancar hojas según sea necesario (perejil, albahaca, romero o menta).

Cuando las raíces de tus aromáticas en agua tengan 5 cm de largo, puedes retirar el esqueje del recipiente y plantarlo en tierra para macetas de alta calidad. O, si lo prefieres, puedes profundizar en la hidroponía: aplica al agua abonos solubles ecológicos para alimentar tus plantitas y estimuladores que te permitan cultivar plantas más exóticas, como el jengibre o el azafrán.

Ventajas de la hidroponía

Una de las principales ventajas de la hidroponía es que permite un uso más eficiente de los recursos, en especial el agua, algo especialmente importante en el contexto de sequía actual.

Otros puntos a favor de este método incluyen:

  • Se suelen usar recipientes de cristal, más sostenibles que las macetas de plástico que se suelen usar para cultivar en tierra.
  • Permite un mayor control de los nutrientes que se suministran a las plantas.
  • En el caso de la producción a gran escala, se usan menos pesticidas que en el cultivo en tierra tradicional.
  • El cultivo en agua requiere menos espacio que los cultivos en tierra.
  • Los cultivos crecen más rápido.